Muy temprano —con un gol de camarín— se acercó más a la corona. Escobar recibió en el área un pase de Sacha Lima, bajó la pelota con la derecha, giró y de zurda puso la pelota al costado izquierdo de Ríos, que no tuvo poder de reacción. A los 5 minutos llegó el tanto del campeonato para el club de Achumani.

Ese tanto cambió el trámite del partido, obligó al local a arriesgar el todo por el todo, pero Daniel Vaca comenzó a erigirse como la muralla imposible de derribar para Alfaro, Chispas, Gomes y compañía.
En la última jugada del primer tiempo, Parada pudo aumentar, pero su remate se fue desviado.

La segunda parte tuvo como común denominador al cuadro de Eduardo Villegas protagonizando oleadas de ataques al arco rival y con el Tigre intentando liquidar de contragolpe.

A los 4', Gomes, mandó un tiro libre que devolvió el travesaño. Después, el referí no cobró tres penales claros para The Strongest entre los minutos 23 y 25, dos veces hubo falta contra Escobar y una a Chumacero, que podían sentenciar el pleito.

A los 42' llegó la esperanza para la U con ese potente golpe de cabeza de Lopes que venció a Vaca, quien cuatro minutos después (46') protagonizó la atajada del partido al ganar en el mano a mano a Alfaro.
Con esa jugada se puso rúbrica al octavo título del Tigre en la Liga.

EL ÁRBITRO
Mala actuación de Juan Nelio García. Se comió tres penales para el Tigre en apenas dos minutos.

LA FIGURA
El equipo. Todos los que jugaron corrieron y metieron la pierna para quedarse con el título.

No ví el partido. A esa hora estaba por los aires, en un vuelo comprado hace meses, quizás muy cerca del gran “Chupa” Riveros. Por eso me pareció escuchar el aliento desgarrador del “Chupita” que todavía me aprieta el alma aurinegra. The Strongest bajo la conducción del “Loquito” Soria jugó bien al fútbol al comienzo del torneo, con muchos goles, luego se atoró como la serpiente de Silvio, después llegó la confusión, las peleas internas y los errores defensivos, para al final aparecer la esencia stronguista: once corazones a punto de estallar, bombeando garra y bronca. La dirigencia debería luchar para jugar un torneo al año con este sistema copero donde el aurinegro se desenvuelve como pez en el río.

Dijo una vez la poeta Emily Dickinson que muchas veces “ ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos de pie”. El Tigre se puso de pie en la recta decisiva del torneo y se dio cuenta de su estatura, ésa que se construyó tarde a tarde, a lo largo de más cien años, justo cuando se cumple un siglo del primer campeonato nacional. Hay clubes que no tienen historia, hay equipos que se alimentan con vanidades pero todavía existen –a pesar de la mafia de la FIFA y de las suciedades del negocio- instituciones cuyo valor esencial reposa en la bandera, en el escudo, en los mitos, en las leyendas.

Ver la cara de felicidad en la preferencia del “Tano” Fontana, sentir la emoción y satisfacción del gigante Chumacero, abrazar a Pablito Escobar, el papá más feliz del mundo (otra “wawa” paceña con título bajo el brazo, el pan nuestro de cada día), acordarse de los caidos de Viloco y de Cañada Strongest, mirar a la vicuñita correr por las gradas del Complejo… Esto no es periodismo ficción, no es una crónica de un partido que no ví pero sentí. Es una égloga stronguista. Disculpen las molestias.

Jueves vivido por los Stronguistas con mucho nerviosismo y ansiedad, se jugaba la final del campeonato a la que retornábamos luego de 7 largos años de sequía.

Imponente se veía el estadio mediante la señal televisiva, mostrando a la hinchada atigrada que en un gran número se hizo presente en el Patria; y cuyo gran mérito fue que en ningún momento dejó de alentar; se oía en las trasmisiones radiales y de televisión, ese vigor que daba la sensación que se jugaba en La Paz por el incesante como estruendoso aliento y apoyo.

Partido jugado por el platel atigrado con mucho nerviosismo, lo que dio lugar a que futbolísticamente haya sido de un nivel de los más bajos que lo hemos visto en las últimas jornadas; sin embargo ello no tenía mayor importancia, lo necesario e importante era lograr por lo menos un punto para lograr un nuevo lauro apara el atigrado.

Pésima actuación del árbitro cruceño Juan Nelio García, juez que se “meó” a no querer cobrar 3 (tres) evidentes penales a favor de The Strongest y cuya actuación nos deja varias interrogantes…..; parecía estar dispuesto a evitar que el Tigre de Bolivia salga campeón este jueves.

Silencio sepulcral en la ciudad de La Paz hasta que sonó el pitazo final; luego todo fue una gran alegría, petardos y todo tipo de fuegos pirotécnicos se veían y escuchaban en todos los rincones de nuestra urbe, vehículos con gente portando banderas y atuendos atigrados se dirigían a la Av. 16 de Julio (el Prado).

Impresionante la fiesta en el centro citadino, miles de hinchas cantando, bailando, flameando sus banderas, mientras los vehículos a son de sus bocinas retumbaban y amenizaban la fiesta atigrada; en la que aficionados de todas las edades y condición social, se juntaban en un solo abrazo; ahí vimos a amigos de la UltraSur, de la Garra Aurinegra, de la Central 34, de la Garra central y miles de los hinchas “independientes” unidos cantando y festejando este gran logro; fiesta que hasta las 0:40 de hoy viernes 13 en el que nos retiramos, seguía con mucha gente festejando pese a la intensa lluvia que caía a partir de las 11 de la noche…, INOLVIDABLE !

Alegría parte el haber conocido personalmente a muchos amigos del internet; nuevamente un gran saludo a todos ellos…!

LA VERGÜENZA: Lo nota negra en esta gran fiesta del fútbol la dieron los hinchas del Universitario, quienes concluido el encuentro, se dieron a la tarea de apedrear y romper todos los vidrios de los buses que trasladaron a los hinchas atigrados a Sucre; la impotencia de esos ”universitarios” que al verse humillados y derrotados tanto en la cancha como en las tribunas, dieron lugar a que actúen como unos verdaderos COBARDES.

Primero: Tratar de mantener el mismo cuerpo técnico intentando agarrarnos de ese contrato, tal como alguna vez se agarró Soria para no irse; pero no sólo por el contrato mismo, sino porque hemos visto un Tigre al que el técnico con todas sus particularidades y polémicas que genera, ha sabido unir un gran grupo, darle un estilo diferente de juego y reinyectarle la garra que se había perdido; no desperdiciemos a Mauricio Soria, habría que hacer el intento para retenerlo y para que continúe el proceso.

Segundo: Necesitamos con suma urgencia potenciar nuestro “Comité de fútbol”, aquel que trajo muchos jugadores pero muy pocos que vagan la pena. Don Kurt Reintsch debe saber que esta comisión es de fundamental trascendencia en cualquier club para el logro de los éxitos, y por lo tanto, el club debe conformarlo en base a un EQUIPO con gente muy conocedora del fútbol y sus “tejemanejes”.

Tercero: Mantener la columna vertebral del equipo con Vaca, Chumacero, Soliz y el gran Escobar; quienes junto a Ojeda y Méndez (que tuvieron un extraño bajón a medio campeonato pero que luego lo superaron); se pueda armar un plantel competitivo para la Copa Libertadores y para que la cosecha de preseas no pare de aquí en adelante….

Cuarto: Debemos ser JUSTOS en cuanto a la retribución económica con nuestros jugadores; a quienes más dan ,más hay que pagarles…; el Chumita y Nelvin Soliz se merecen una importante reconsideración en materia salarial.

Un día antes del momento deportivo más importante de los últimos siete años para The Strongest, Pablo Escobar le juró fidelidad eterna a la institución y aseguró que no jugará en Bolívar “porque yo soy stronguista”.

El volante, al margen de hablar a nombre propio, hizo de portavoz de Alejandro Chumacero y expresó que el juvenil tampoco se pondrá la celeste. “Ya me dijo que no va a ir”, declaró ayer a la conclusión de la práctica del atigrado en su cancha de Achumani.

Escobar habló del tema después de que se le preguntara qué significaba Chumacero para The Strongest, horas antes de un partido crucial para el Tigre. “Es un símbolo”, dijo.

Después añadió que “es uno de los pocos jugadores que ha salido de las bases (divisiones inferiores) del Tigre, además es stronguista, más allá de los que de la vereda del frente se lo quieren llevar, pero me dijo que no va a ir”, sostuvo Escobar.

Se refirió así al interés que en más de una oportunidad expresó Marcelo Claure, presidente de BAISA, en sentido de que le gustaría que el juvenil volante jugara en la Academia. “Lo hago público a la gente de Bolívar, que no va a ir, me lo dijo él”.

Durante el encuentro de los medios se conoció que Claure expresó en algún momento que le gustaría contar también con Escobar; además, el técnico celeste, Ángel Guillermo Hoyos, también elogió el juego del volante en los días previos a los clásicos decisivos de cuartos de final que los ganó el atigrado.

“No, hermano, yo soy stronguista”, respondió Escobar cuando se le consultó si él aceptaría una oferta de Bolívar. Después manifestó: “Creo que el profesor Hoyos habló bien de mí, le agradezco, pero yo soy stronguista y juego en The Strongest hasta que me digan que ya no me quieren, pero creo que no voy. Chumacero me dio su palabra que tampoco, así que no lo llamen”, agregó.

Dijo, sin embargo, que nunca se enteró de algún interés de Bolívar. “Nunca nadie me planteó nada”, añadió.
Lo que quiere Escobar ahora es “salir campeón con The Strongest, hacer historia con The Strongest”.

Antes del primer clásico de cuartos de final, el presidente de BAISA, Marcelo Claure, ratificó que le gustaría tener a Chumacero en la Academia, y destacó sus cualidades futbolísticas.

Además manifestó “que un rubio se ve mejor de celeste”, como para calentar el lance que se jugó horas después.

A los pocos días, su colega de The Strongest, Kurt Reintsch, también le puso condimento al clásico al señalar el interés del club de contar con los servicios de William Ferreira, el goleador celeste.

12 goles tiene Pablo Escobar en el torneo. Es el goleador atigrado y esta noche puede ampliar su cuenta.

La frase

"Le agradezco al profesor (Guillermo) Hoyos que habló bien de mi, pero creo que no voy (a Bolívar). Yo soy stronguista”.

Pablo Escobar / JUGADOR DEL TIGRE

Dos peques

La Paz. Escobar no solamente tuvo palabras de elogio para Alejandro Chumacero, también para Nelvin Soliz. “Son los dos chiquititos del plantel, pero son dos grandes jugadores. Nos ayudan a todos los que estamos más grandes porque corren más”. Después apuntó que “son nuestras mascotas, entre comillas, porque son simpáticos”. El aporte de Soliz en los últimos partidos también ha contribuido al buen momento del plantel en el certamen. Además, el futbolista tarijeño se ha ganado el cariño de la hinchada.

Hace 4 días que uno de mis contactos en el Facebook compartió conmigo una foto del extinto periódico Ultima Hora, en la cual Antonio Vidal Gonzales, otrora gran delantero nuestro, posaba para la posteridad con un niño rubio, ambos vistiendo la casaca aurinegra. No era otro que Alejandro Chumacero, todoterreno de nuestro mediocampo actual. Ver a Vidal es ver a alguien reconvertido en su estructura afectiva gracias a la garra centenaria (envidiada por el actual presidente de la Liga, que no pudiendo derrotarla en cancha, se enzarzó contra ella en los tribunales), al igual que Cristaldo. Ambos vinieron del frente, pero se quedaron para siempre con nuestros colores.

Stronguista uno nace, es cierto, pero también, como todo lo bueno en la vida, se hace y se construye. Y mientras uno va avanzando en ella, existen nuevas obligaciones y nuevos desafíos. Ya sea por circunstancias laborales, familiares, decisiones personales o falta de dinero, el hincha que se hizo desde niño o se construyó a partir de la posibilidad de una pertenencia genuina, no puede viajar a ver a su equipo, si bien antes sí lo hizo. La radio y en algunas ocasiones la TV, son las encargadas de transmitir la consecución de la gloria, la gloria del alma stronguista para ostentarla en nuestro invicto pendón.

Tengo el recuerdo de la transmisión radial del 4 a 3 al Emelec del Ecuador, con un golazo de Sergio Luna.
Estaba en la ducha, parado como si estuviera al borde del campo. El empate frente a Oriente en Santa Cruz en 1993, que nos permitiría alzar nuevamente una copa de campeón. Estaba en el corredor de mi casa, con mis playmóbiles. A través de la televisión, en 2003, el gol de Coelho ante Blooming. Estaba en mi casa, viendo el partido con un amigo, los dos solos jugándonos la vida; el gol de Sandro contra San Lorenzo, de penal, por la Sudamericana de ese año (donde dejamos eliminado al campeón defensor, ergo, Derribador de Campeones).

Estaba en un boliche de la ciudad de La Paz, mi primer partido que mis padres me dejaron ir a verlo fuera.

El partido revancha de la Sudamericana de 2005, derrotando al clásico rival y accediendo a jugar con la Liga de Quito. Estaba en Cochabamba, exponiendo en un congreso. Vi el partido en el Prado y junto con un puñado de hinchas nos acuotamos a 15 bolivianos cada uno para que una banda toque “Negra Samba”. El mismo año, en mi casa con mi hermano, vimos los tres zarpazos del Tigre en Ecuador, en la victoria de un equipo nacional más memorable de la historia.

Hace unos días, con mi padre en un café de la ciudad, entre agua tranquilizadora y con el puño apretado, festejando la presencia del equipo en una nueva final.

Si usted recuerda casi exactamente lo que estaba haciendo, las personas con las que usted estaba, incluso la hora del evento, está usted ejecutando una capacidad de la memoria que la Psicología reconoce con el nombre de memoria vívida. Recordar sucesos que introdujeron un nuevo contenido afectivo en nuestra particular forma de ser y estar en el mundo, cuyo mayor efecto es el cambiar la vida de las personas. Lo vivieron nuestros abuelos cuando el Apolo 11 llegó a la luna; lo vivieron nuestros padres en episodios cruentos de las dictaduras. Salvando las distancias, lo vivimos nosotros cuando aparece un adolescente repartiendo papel periódico teñido de amarillo en la preferencia, o cuando un grupo de señoras adultas mayores combaten el frío y la lluvia sosteniendo en sus manos peluches de tigre, o cuando un par de hermanitos se abrazan luego del gol de Marcelo Carballo contra San José. Lo invito a que recuerde las glorias de su propia alma stronguista.