Hace exactamente un año, The Strongest conseguía el título del torneo Adecuación 2016 al vencer 2-1 a Bolívar en un clásico que será recordado por mucho tiempo, ya que los celestes tenían todo para conseguir el campeonato, pero el título se les fue de las manos tres días antes, en Warnes.

El año pasado, la Academia llegó con 49 puntos a la última fecha del campeonato, tres unidades más que los atigrados, y con sólo un empate ante Sport Boys en Warnes aseguraba una nueva estrella.

La final del certamen fue de infarto: el 21 de diciembre los celestes perdieron 3-2 con los warneños, en tiempo de adición, y en La Paz los aurinegros golearon a San José 7-1 por uno e igualaron en 49 puntos.

Otro clásico jugaron las dirigencias de ambas instituciones para programar el partido extra, finalmente se lo hizo para el mediodía del 24 de diciembre, horas antes de la Noche Buena.

La expectativa fue total, a tal punto que se produjo el mejor ingreso económico en casi 40 años de clásicos, con una recaudación que superó los tres millones de bolivianos.

En el encuentro, los atigrados vencieron por 2-1 a una Academia que llegó al partido sin seis de sus jugadores titulares y derrotada mentalmente por lo que había pasado tres días antes. Los goles del Tigre fueron convertidos por Fabricio Pedrozo y Pablo Escobar, para los bolivaristas descontó Hugo Bargas.

365 después en Bolívar calculan que con este título ya habrían sido tricampeones. Fue el primer torneo que dirigió Beñat San José, que hoy ya no es técnico del cuadro de Tembladerani; en la acera del frente estaba como DT César Farías, que por estos días suena como candidato a dirigir Bolívar.

El Tigre ganó la final antes de jugarla, oxímoron stronguista, sol negro en la cañada. TheStrongest venció desde lo mental y anímico, desde su tranquilidad a mil por hora, desde sus méritos puramente futbolísticos y la idea más clara del venezolano Farías, sin excusas y presiones previas. El Tigre ganó el título y dio la vuelta gracias a toda su gente, nunca antes sumaron tanto los mensajes de fe, confianza y tranquilidad desde toda la dirigencia, nunca antes se había aportado tanto desde afuera hacia un adentro unido y fortalecido (el presidente don César Salinas se merecía este título después de tres años).

Los gualdinegros se agrandaron desde el inicio de un partido “inglés” (trabado y físico), desde su historia centenaria que obliga y marca a fuego. Llegó a diciembre con un estilo y un onceno por fin tatuado (el viejo y efectivo ( 4-4-1-1).

Arribó mejor a la recta final del “sprint” (caballo que alcanza, gana) con sus futbolistas-insignia en estado dulce de gracia, comandados por su capitán emblemático Pablo Escobar y su compadre del alma (“Chumita”), con un Diego Bejarano para quitarse el sombrero, con un Pedrozo asombroso y con un “jugador” insuperable llamado equipo, apellidado épica.

En la otra acera, Bolívar lució como antes del partido, como hace semanas: nervioso, desconocido, confuso, descontrolado, empequeñecido, sin reacción, desestabilizado desde su mismo seno. El celeste es ese cuerpo atacado por su propio organismo por error, con una enfermedad autoinmune que destruye sus células sanas, todo lo construido con anterioridad.

Los de un inexperto Beñat extrañaron a Juan Carlos Arce, volvieron a defender mal, golpearon como nunca (por pura impotencia), abandonaron a Callejón a su suerte (y a pie de los caballos de Maldonado) y dejaron un hueco a la espalda de Sánchez Capdevilla con esa línea de cinco zagueros. El error más grave del vasco fue no apostar nunca por una identidad, por una forma de jugar definida con tanto cambio de esquema y rotación. Cuando diciembre se va, ganó el mejor equipo del año. Felicidades "Derribador", felicidades pueblo stronguista!.

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Pero estamos seguros que todas las circunstancias que se dieron, no fueron casuales; pues allí con toda seguridad intervino la mano del Poderoso Creador que seguramente cansado de la soberbia celestina, decidió darles azote en el orgullo.

Y por segunda vez casi consecutiva, TheStrongest le hizo “capujitos” al celeste de Tembladerani; quienes desde 2 semanas antes prepararon “el gran festejo” al estilo de su amo y señor Don Rico Mc. Claure; quien anunció que había hecho fabricar relojes “Rolex” para sus jugadores, cuerpo técnico, "dirigentes" (léase empleados) y una buena cantidad para los hinchas que quieran adquirirlo, obviamente a precios poco accesibles…

Pero eso no fue todo, además prepararon 10.000 camisetas celestes con el rotulo de “Bolívar Campeón”, las que se iban a comercializar en 380 bolivianos; además ya tenían semanas antes contratados a varios conjuntos musicales, un gigante escenario de la CBN y sabe Dios cuántas “sorpresas" más…; era evidente que juraban que iban a “pintar de celeste” nuestro hermoso paseo de El Prado…

Lo malo fue de que pese a la lección que se les dio hace pocos años de que no deben limpiarse la boca antes de comer; se olvidaron que el gran Tigre de Escobar y Farías estaba al acecho, esperando el más mínimo tropiezo para devorarlos así cruditos, sin previa cocción (huakala..!)…; y ese 24 de Diciembre fue la ocasión de hacerlo ante la mirada impávida de los 15.000 celestinos que se animaron ir al coloso de Miraflores; y acabamos dando la vuelta olímpica ante la mirada absorta e incrédula de los simones y en sus propias narices…; QUÉ HERMOSO REGALO DE NAVIDAD!!!

Y hay que reconocerlo y también agradecer a un equipo que nunca se vendió; el “Torito” Sport Boys que de la mano de ese Creador que hicimos previa referencia; en el minuto 94 cambió toda la historia ratificando en forma definitiva, que el Torito Warneño tiene su “vaca” preferida…, la vaca de su vida….: La vacademia paceña.

Y cómo olvidarnos de aquella excelente frase de nuestro capitán dirigida a los dirigentes celestinos y su porfiada posición de jugar en una fecha tan festiva familiar que dijo: “Si quieren jugamos en año nuevo…..”, dándoles a entender que el Tigre no se Corre; juega cuando sea y donde sea…; una virtud de la que obviamente carecen los chol…, perdón…, los celestinos..

Luego del partido vino la fiesta, primero en el estadio, en sus afueras, para finalmente terminar la locura en nuestro Prado; donde miles de hinchas atigrados(as) de todas las condiciones sociales, de todas las edades e incluso con muchas mascotas vestidas de los gloriosos Oro y negro, festejaron más que ruidosamente este nuestro nuevo título…; más abajo, un ramillete de fotografías de tan lindos momentos, de tan linda gente…

Mil Gracias a esos GUERREROS que nos dieron el más hermoso regalo de todas las navidades, gracias Pablito, Gracias Chumita; Gracias Danielito…, en fin…; GRACIAS a todos esos TIGRES que escribieron una de la páginas más inolvidables de nuestra historia, y la escribieron con tinta celeste…