The Strongest (4) vs. Real Santa Cruz (0)
The Strongest vuelve a jugar bien y a ganar, coincidentemente con la salida de Formosinho.
Y no es ante cualquier rival, sino que lo hizo frente al que es hoy por hoy el equipo con mejor desempeño de Santa Cruz, pero que anoche parecía un equipo amateur frente al poderío atigrado.

Se podrían elucubrar muchas cosas alrededor de este sorprendente cambio, especialmente en la actitud de los jugadores en cancha, pero lo cierto es que el Tigre jugó bien después de varios partidos y que a pesar de esta “crisis”, la hinchada no terminó de desaparecer por completo como se creía, sino que asistió en buena cantidad a ver al equipo de sus amores.

Formosinho se fue sin pena ni gloria. Habiendo llegado solo para quejarse de todo lo malo que ya sabemos que hay. Vimos incluso unas imágenes donde después de la derrota se le escuchó reclamar de forma airada al plantel.

Lamentablemente el fútbol boliviano no es completamente profesional. Muchos, la mayoría de los jugadores ven esta actividad como un trabajo más, al que asisten obligados por las circunstancias, donde los entrenamientos son tediosos, donde las actividades fuera del campo de juego y de los predios de entrenamiento no tienen nada que ver con su profesión, por lo que tienen licencia para hacer lo que les venga en gana y donde la mayor aspiración es irse de nuestro país lo más pronto posible.

Se entiende eso, en un país pobre como Bolivia, el profesionalismo queda en segundo plano, pero eso hace que se entre en un círculo vicioso donde esas ambiciones se frustran porque no coinciden con lo que se busca en el extranjero.

Ser futbolista es una forma de vida, no una profesión más. Eso significa que tienes que vivir por y para el fútbol porque si te dedicas a eso, es porque amas eso y porque realmente quieres hacer eso. Nadie juega al fútbol por obligación, pues en Bolivia, ser futbolista es un lujo que pocos pueden darse a diferencia de Brasil o Argentina donde la habilidad en los pies saca a los chicos de la miseria.

En Bolivia, solo la gente que tiene una condición social media, puede jugar fútbol e intentar vivir de eso, pues los realmente necesitados, aunque sean un Messi o un Ronaldo en potencia, tienen que trabajar en cualquier oficio para subsistir.

Todo esto viene a cuento de las palabras de Formosinho, claramente hablando de su plantel con toda la razón del mundo, pero también con una inocencia impropia de alguien que ya a dirigido equipos en varios continentes.

En fin. El portugués se fue después de todo el show que se armó con su llegada y su amistad con uno de los grandes entrenadores europeos sin dejar absolutamente nada en nuestro país. Cansado en pocas semanas de un modo de vida que nosotros hemos soportado y soportaremos toda nuestra vida.

Al Tigre anoche le dio la gana de ganar otra vez y lo hizo con facilidad. Todos desplegaron su mejor versión, como para demostrar que sin ese viejo portugués somos más felices.

Cabanillas quiere quedarse con el puesto, y ¿por qué no? ¿qué más podemos perder? Y si el equipo juega mejor sin técnico o con el técnico sustituto, mejor dejarlo así y probar a ver qué pasa.

El Tigre anoche aprovechó el tropiezo de sus escoltas y amplió otra vez su ventaja en el liderato del torneo y todos fuimos felices, olvidándonos por 90 minutos los problemas estructurales del fútbol boliviano por otro año más.

Veremos qué decisiones se toman, y si estas les gustan o no a los jugadores. Si encuentran el equilibrio entre estar contentos y rendir en la cancha.

Ojalá suceda y ojalá que nuestra dirigencia no se ciegue otra vez con un buen rendimiento del plantel, sino que se siga preparando para algún día producir nuestros propios profesionales, que no necesiten a nadie que les grite para decirles lo que ellos ya saben que tienen que hacer.

¡¡Vamos Tigre!!!

Viscarra (10): Poco trabajo otra vez para Billy, pero en lo poco que hizo dejó muy claro que tiene que ser el arquero titular de la Selección

Bustos (8) Partidazo del Chacho. Sigue asentándose.

Pedraza (7) Poco trabajo para Pablo, no estuvo exigido, pero falta aún para convencer

Jusino (7) Tampoco fue exigido esta vez, y su gol fue anulado.

Arrascaita (8) Fue parte del concierto que dio anoche el Tigre. Es parte vital de la maquinaria atigrada

Quiroga (7) Vuelve al ruedo con sus compañeros

Ursino (8) Siempre el más movedizo y el que más garra le pone. Metió un golazo además

Ortega (8) El mago destrozó a los leones blancos sin despeinarse. Haciendo su magia sin impedimentos.

Triverio (8) Sigue aumentando su cuota goleadora y encima sirviendo pases de gol casi hechos

Sotomayor (10) Sin duda el mejor del partido. Sufrió más que nadie la mala saña de los rivales que se cansaron de golpearlo y así con todo fue el mejor y marcó dos golazos de crack.

Torres (7) El Chiqui rinde un poco mejor solo jugando un tiempo.

López (7) No fue mal partido, pero seguimos esperando

García (7) No entendí la razón de sacar al mejor del partido.

Arias (3) Tiene que jugar todos los partidos aunque no aporte nada nuevo

Isnaldo (3) Tiene que jugar si o si aunque no se lo necesite

Cabanillas (8) Victoria para el profe que parece llevarse bien con el plantel. Veremos si es ratificado en el puesto

El Público (6) Al rededor de 10 mil espectadores en el recinto más grande del país sigue siendo muy poco. Los que fueron son un 10 y se merecieron mucho el buen espectáculo que vieron

El árbitro (6) Maita dejó patear mucho al rival que debió quedarse con uno o dos jugadores menos. Tampoco sabe tomar sus propias decisiones de acuerdo a las circunstancias. Otro árbitro del montón.

La justificación del ex entrenador Formosinho con respecto a su desvinculación de nuestra institución en el sentido de que se va “para estar más cerca de su familia” a la que no puede ver debido a la distancia en tiempo de vuelo desde Bolivia hasta Portugal es simplemente inaceptable. Geografía se cursa en el ciclo básico y su trabajo al frente del primer equipo ha sido desastroso, no solo porque desperdiciamos un tiempo importante al mando de un entrenador que podía haber estado trabajando responsablemente, sino porque por más amigo de Mourinho que sea, las actuaciones del plantel estuvieron muy por debajo de incluso las expectativas más disminuidas. Y es que, cuando la mejor carta de presentación es la amistad con un grande y no los resultados y títulos obtenidos, entonces el origen de la situación se traslada a las decisiones de la dirigencia.

Sin brújula y con una falta fundamental de liderazgo mediático y federativo, sobre todo con la ausencia real de una mentalidad ganadora y competitiva, ha ocasionado una danza de entrenadores similar a la de los clubes que desesperadamente quieren salvarse del descenso y en ningún momento han rivalizado con otros equipos por el mejor talento boliviano disponible, ni por intención ni por capital económico. Esa falta de pujanza se ha traslado a nuestro plantel, que alcanza sus mejores versiones luego de prolongadas mesetas de rendimiento bajo, resignando puntos de local y obteniendo últimos puestos en Libertadores (elemento del que casi ningún comentarista hizo hincapié, con igualmente derrotas de local y sin capacidad de obtención de puntos de visitante).

No están dando la talla todavía, en esa materia, Viscarra (que desde el arco nos ha salvado en varias ocasiones pero su influencia parece ser solamente en tiempos de estrés defensivo); Castillo (que proviene de un fútbol de tradición de lucha, pero que habla poco y lo justo); ni Ortega (que tiene destellos mediáticos de bajada de línea, pero que ha perdido contundencia como mediapunta en cuanto a goles propios).

Formosinho no estuvo a la altura, ya sea por su falta de capacidad de adaptación a La Paz o porque puede cobrar mucho más en otras latitudes y su incoherencia es suprema: ¿por qué se aleja de un equipo que en sus propias palabras tiene grandes chances de obtener el campeonato? El que lo reemplace, entre otras cosas, deberá sugerir incorporaciones que cambien la presencia del equipo en la cancha y que lo impulsen a ser una fuerza dominante en cualquier campo. No alcanza con seguir pensando que solo se debe proteger la punta del torneo.