LA COPA "VEGA"

Es el trofeo que acredita a The Strongest como el primer campeón de la Asociación de Fútbol de La Paz (1914) y estaba desaparecido, el empeño del custodio del museo hizo que vuelva al lugar de donde nunca debió salir.

“Fue como si la hubiese traído un alma, un buen día me llamaron y me dijeron que la Copa que tanto buscamos había aparecido, un arrepentido llegó hasta la Secretaría del club de la Colón y Comercio y la dejó sin dar mayores referencias.

La recuperé y la tuve en mi oficina hasta el día que fue inaugurada la sala en Achumani”, recuerda Oblitas.

¿Y otras reliquias?

Hay otras Copas y preseas que nunca más se vieron, por ejemplo una pequeña de casi 15 centímetros de altura con un cofre de madera en la base. Fue donada por Víctor Aramayo, uno de los magnates del estaño, era de oro puro, pero desapareció cuando el club decidió alquilar los ambientes de la calle Colón.

Tampoco se sabe el destino del Cóndor de los Andes, otorgado en 1958, y la medalla Alípaz, una presea de oro obsequio de un ex jugador stronguista.

No se pierde la esperanza de que las mismas vuelvan a donde debe estar para orgullo de todos los “tigres”.

 

Valor incalculable

Se nota que se emociona y mucho cuando Jaime Oblitas habla de su obra en el Complejo de Achumani. La sala de trofeos ganados por el club en sus 99 años de existencia es una idea que data de 1996 y que tardó nueve años en hacerse realidad.

No olvida el 8 de abril de 2005 cuando el club inauguró la exposición permanente de la historia del “Tigre”, que puede ser visitada sin costo alguno por los hinchas del club y por los aficionados al fútbol.

Digno de una entidad que está a un año de cumplir el Centenario de fundación, The Strongest puede preciarse de ser el primer club en el país que tiene catalogados sus éxitos deportivos.

“He viajado por algunos países de Europa y allí visité algunos Clubes importantes y con esa base me vine a La Paz para que nosotros tengamos algo similar. Ha sido un trabajo de mucho tiempo, ahora los stronguistas lo podemos disfrutar” cuenta Oblitas a quien, por pedido suyo, el club le ha nombrado depositario del museo.

De dinero no quiere hablar, pero dijo que se invirtió mucha plata. En infraestructura se habla de por lo menos 25 mil dólares, ese dinero sirvió para construir las vitrinas donde se exponen las Copas, readecuar los ambientes en Achumani y la restauración de los valiosos objetos.

“No tiene valor, una fotografía de 1908 es incalculable, por eso es que me animo a decir que no hay un precio para lo que hemos hecho”.